lunes, 30 de abril de 2012

Estoy encerrada, lejos de mi mundo, lejos de a lo que yo podría llamar casa. 


Get crazy, get wild

Demencia en dosis de espanto. Alegría de esa que se te sube a la cabeza y te vuelve incoherente. Pasarlo bien no, pasarlo a lo grande. Debería estar prohibido tener tanta energía. 





Un pequeño pedazo de sonrisa de cada mañana, nuestras pequeñas frikadas, Jorge.  

domingo, 29 de abril de 2012

1. Goodbye but don't be good luck


-No es cuestión de agobiarte. No es eso lo que quiero, no pretendo ponerte nervioso o dolerte-Traga saliva y sigue hablando, rápido, sin respirar, sin parar lo suficiente, sin decir nada.
-¿De qué hablas Sam?-La miraba sin comprender, con esa cara de admiración permanente. Su boca estaba algo abierta y esperaba una respuesta inminente, clara y lo más breve posible.
Ella lo miró asustada, perdida. Clavo sus ojos en lo más hondo de los de él y puso cara de circunstancia.
-Hablo de que me voy, Adrien. Que en una semana vuelvo con mi padre.-Se quedó callada, esperando una reacción, una mirada, una palabra que le diera algún tipo de indicio de que seguía respirando.
-Yo - Perdió el habla de repente, apartó la mirada de Sam y bajo la cabeza-...en una semana es mi cumpleaños.
-Lo sé.- Adrien levantó la cabeza de golpe, esta vez parecía muy enfadado
-Así que lo sabes.-Frunció el entrecejo y la miró, perplejo a la vez que contrariado, estaba nervioso.
-Yo..
-No hay forma de impedirlo, ¿no es así?
Ella sonrió levemente, aunque apenas unos segundos.
-¿Quieres impedirlo?-Le miraba esperanzada, buscando algo de aquella maravillosa amistad que tanto les había unido.
Él, que había apartado de nuevo la mirada de ella, se levantó, la miro fija y seriamente, y contestó todo lo serio y fríamente que pudo:
-No.
Para cuando Sam pudo reaccionar, Adrien ya estaba al menos a una manzana de distancia y las lágrimas se habían apoderado de sus ojos.



You´re fucking little whore


Reina de la nada, dueña y señora de lo poco que allí puede haber

Eres de esa clase de sombras que se esconden en los armarios. Esa clase de polvo que lo cubre todo. Droga adulterada, diamante de plástico, un Digimon al lado de un Pokémon. Eres una lata de cerveza caducada, locura de la mala, colonia barata, un reloj sin agujas. 

No eres mala en esencia, sino un mal construido. Un castillo de naipes esperando a ser derribado. Un delincuente esperando ser arrestado. 

Vives de ilusiones, de balas perdidas, de puertas cerradas, de días pasados. No eres nadie, ni nada, en ninguna parte. Vives porque respiras, pero si no supieras como hacerlo tampoco se notaría tu ausencia.
Probaste muchas bocas y ninguna acabo de convencerte, pasaste muchos ratos pero a nadie se le quedaron grabados ni en la piel, ni en la mente. Y ahora arrepentida de caminar sin dejar huella quieres volver sobre tus pasos, pegar los platos rotos, llenar los vasos vacíos, que la música siga sonando en un baile que hace mucho que terminó.

La sombra que iba y venía, que rompía y desgarraba. El tren de media noche que sólo pasaba una vez. Continuamente indecisa, descaradamente promiscua.


Eres reina de la nada, dueña y señora de lo poco que allí puede haber. 
Dividida entre lo que quieres que ocurra y lo que sabes que pasará, te escondes en tu baúl de las cosas buenas, te vistes de señorita y te haces la decente. 
Te bañas entre insultos y admiraciones de aquellos que creen que nada te afecta. Y tú, mientras, lloras en tu cama, con tu corona puesta, las bragas perdidas allá por donde algún día te quitaste la dignidad. Y tú, mientras tanto, mueres de rabia por ser como eres y que los demás se den cuenta. 

No es extraño que quieras perderte, no es extraño que añores, aunque ¿qué es lo que puede añorar una persona que no vivió nada, sino que lo dejo pasar mientras pensaba en lo que llegaría después? No creo que haya forma de averiguarlo.

Vuelve a tu palacio de cosas por pasar, enciérrate en tu cuarto sombrío, apaga las luces y piérdete otra vez por el camino de lo correcto.