miércoles, 2 de mayo de 2012

2. Aquello que puede destruirte, te destruirá.

-No se trata de hacerlo fácil o difícil, se trata de que no te está saliendo bien. No controlamos todo cuanto nos rodea y esta es la parte que a ti se te escapa entre los dedos. Deberías ser feliz, no hay motivo real para que no lo seas. Deberías sorprenderte de las cosas, porque son maravillosamente inesperadas, porque son, y tú dejaste de ser hacer ya tiempo.-Hizo una pausa trago saliva y empezó a hablar despreocupadamente, como para sí mismo-Tendríamos que salir más al campo, ir a coger flores, eso os gusta a las chicas ¿no?- Su tono se torno más serio, pero no cambio un ápice de su expresión- Dejas que esto te afecte, dejas que esto te duela, y entonces es cuando empieza a enrojecerse el corazón y a amoratarse. Es en ese momento en el que todo empieza a caerse, pero en realidad ¿sabes qué Sam? Nada se está cayendo, nada se está rompiendo. Todo sigue en su lugar, sigue siendo tan bonito como lo percibes cuando estás feliz. No estás sola, yo nunca lo permitiría. Si crees que esto es el final, lo será. Aquello que puede destruirte, te destruirá. Pero solo puede hacerte daño, las cosas que te planteas como dañinas...

-Hablas como si esto fuera pura matemática.-Sam cortó a Adrien en su intento por animarla, enfadada y fría le miró como si la estuviera apuñalando. 

-Y tu hablas como si no quisieras estar bien nunca más.
Adrien se levantó del suelo donde los dos estaban tirados, y pasó por delante de ella sin mirarla. No era el momento de irse aún, de hecho, Sam contaba con él para cenar. Montó en su bici amarilla desgastada y pedaleó la más rápido y enérgicamente que pudo hasta desaparecer de su vista.

-De hecho, quiero ser feliz, y a ser posible contigo. Pero es más difícil si no te das cuenta.- susurró a la nada. 


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