miércoles, 11 de julio de 2012

RE-ENCARNACIÓN


Querida Abuela:

De todos los rincones que he podido visitar, en ninguno he encontrado, ni encontraré la paz que sentía en tus brazos. Sobreviviste a una guerra, pero no le pudiste ganar la batalla a la vida que, inevitablemente se nos escapa y nos abandona. La inmortalidad no está hecha para las buenas personas.
Estoy segura de que, en algún lugar del mundo, el 9 de Julio de 2012 ha nacido una preciosa niña reencarnación de ti, abuela.-si no dices nada, me lo tomaré como un si- Una magnífica persona que hará cosas fantásticas. Quizás no saldrás en los periódicos, puede que nadie te conozca. Pero, si es así, si eso ocurre, siendo la mitad de maravillosa de lo que fuiste en la vida que compartiste con nosotros, ya serías perfecta. 
Tuve la oportunidad de conocerte y disfrutarte en tus últimos dieciocho años, y nunca te vi enfadada. Emanabas paciencia, ingenuidad, cariño por los tuyos, y, por qué negarlo, cabezonería. 
Tus ojos azules se fueron aguando con el tiempo, perdiste hermanos y familia por el camino, pero supiste sobreponerte y seguir cuidando de los tuyos. Y ahora que eres tú la que se ha ido, me propongo hacer lo mismo. No voy a olvidarte, Abuela, porque no puedo, pero si voy a recordarte con alegría, y en vez de llorar tu pérdida, voy a sonreír por ti, por mi señora Abuela, porque si hay algo que te pudiera disgustar sería que no comiera bien o que estuviera triste.

Quién sabe, quizás me cruce contigo por la calle algún día, no te acordarás de mi, ni yo te podré reconocer, pero tengo la certeza de que no te has ido muy lejos. Quizás te toque hacer feliz a otra familia. Yo ya te saqué todo el jugo que podía, y la verdad es que en vez de centrarme en todo lo que no hice contigo, voy a quedarme con todo lo que tú hiciste conmigo, por y para mi. 
Pienso convertirme en tu mayor logro, quiero que te sientas orgullosa de mi, y haré todo lo que esté en mi mano para conseguirlo.

Sin embargo, ahora no puedo evitar reprocharme no haber crecido más rápido para ti, ni tampoco puedo evitar acordarme de como en los últimos meses no parabas de preguntarme cuándo me iba a casar. Tú también tenías prisa por que yo creciera, ¿verdad  Abuela? Me costará un poco vivir los momentos importantes (y los que no) sin tenerte a mi lado. Tendré que habituarme a no escucharte cantar o reír, y aunque me emociono, e incluso lloro al pensarlo, acabo sonriendo. Yo te recuerdo así, Abuela, cantando, feliz, y es un poco absurdo llorar por alguien que vivió y murió contenta ¿no? Es egoísta, porque lo que en realidad me hace sentir mal, es que yo ya no podré disfrutar más de ti, en vez de pensar en la suerte que tuve al haber podido tenerte conmigo.
"El mejor perfume viene en frascos pequeños" y por lo tanto, dura poco.

En tus últimos días tuve la oportunidad de conocer la parte más desvergonzada, picara y risueña de ti, y yo, que solo te podía encajar en el papel de "mi abuela", no supe apreciar a la niña, que por culpa del Alzheimer, afloraba en ti. Aún así, no sólo me dejaste conocerte en calidad de abuela, sino que me dejaste echar un vistazo a como era esa Encarna pequeña, que cantaba y correteaba por las calles de Jaén hace ya unos cuantos años. No diré cuantos, porque está feo decir la edad de una señorita. 

Ay Abuela, no sabes cuanto te vamos a echar de menos, ni te lo imaginas. Ojalá seas feliz, estés donde estés, porque yo quiero creer que te reencarnarás, pero habrá otro nieto que te quiera en el cielo, otro que te de por perdida, e incluso alguno que te crea un fantasma que vela por su salud y su felicidad. Se buena.
Me despido, Abuela. Un beso muy fuerte de una fan incondicional.

Te quiere: Irene

No hay comentarios:

Publicar un comentario