domingo, 22 de junio de 2014

El jo̶d̶i̶d̶o̶ verano me p̶u̶t̶o̶ deprime.


Una tormenta de pensamientos (de esas calurosas y pegajosas de verano)  empapa e inunda las calles de mi ya no tan brillante mente. Todo se mezcla y se convierte en un inservible y "sentimentaloide" trozo mojado de NADA. 
El verano me deprime.

La música suena: "I don't see what anyone can see in anyone else but you. Du du du, du du du, du du du". Pero se pierde en algún punto entre mi oreja y mi tímpano, porque he dejado de escucharla hace al menos 15 minutos. 

Debería empezar a drenar los pantanos de mi mente y reconstruir los castillos de naipes donde la gente solía vivir, deambular, o lo que sea que hagan las personitas que ponen en desorden los cajones del apretado, cuco, y alejado del centro, apartamento de solteros que toda persona tiene por cabeza. Un "love"/estudio que no compartimos (ni alquilamos a precios desorbitados). Sin vistas, sin ascensor y lleno de estanterías y espejos para autoevaluarnos constantemente. Hay pañuelos por todas partes, la mitad son de las llanteras que nos pegamos. La otra mitad de todas las pajas mentales (habidas y por haber). Hablo del último piso del cuerpo, el de los vecinos escandalosos.

Una especie de piso de estudiantes en el que concentramos: conciencia, rabia, paranoia, pena, felicidad... y todos se emborrachan y pelean entre ellos. El Jersey Shore de la mente humana. 

La lista del Spotify "Depresión pre-menstruación o de cómo estar triste" se me acaba y no se me ocurre música más apropiada para llorar y sonarme los mocos a gusto que las canciones de Yann Tiersen y las lentas de The Moldy Peaches. 
El verano me deprime tanto. 
Por otro lado, como vuelva a saltarme otro anuncio para que me saque el carnet de conducir, me lo voy a empezar a tomar como algo personal. "My name is Jorge Regula, I'm walking down the street. I love you, let's go to sleep". La música vuelve y de pronto estoy cantando.

El exceso de agua desaparece y en mi cabeza ya solo quedan papeles mojados y un calor asfixiante digno del mejor y mas árido de los desiertos. Espero que el seguro cubra esta clase de desastres mentales. "Otra vez me dejas Madrid para mi y yo me hago mucho más feo. Es patético empezar otra canción diciendo 'te voy a echar de menos, quédate' ", la depresión, por otro lado, no remite. 
El jodido verano me puto deprime. 

En alguna parte de mi mente se escucha "¡Niña, esa boca!". Autocensura. Pero es que, ¿a dónde quieren que vayamos los tristes en verano? Debajo de las sábanas hace mucho calor, ¿qué clase de escudo contra la vida pretenden que utilicemos sin derretirnos sobre la cama, bajo la colcha?



El jodido verano me puto deprime y no hay cura. 







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