martes, 28 de junio de 2011

Una bonita noche de verano

-Vamos, elige otra estrella.- Se giró sobre si mismo hasta quedar totalmente retorcido sobre la manta, con las piernas rectas y el torso mirando hacia ella.
-Aquella- Señaló al tiempo que se giraba para mirarle.
Ante ellos se erguía un inmenso manto de estrellas sostenidas, todas ellas, por aquel cielo tan oscuro y tan azul a la vez.
Él, al tiempo que flexionaba su rodilla izquierda miró la estrella con atención y puso cara de estar concentrado.
-No, esa no tengo ni idea de cual es.
Ella rió y el se sonrojó, otra vez. Las miradas volvieron a cruzarse y ella no pudo evitar sonreír.
-No tienes ni puta idea de estrellas.
Se rieron juntos. Entre carcajadas Él consiguió contestar:
-Y tú no tienes ni puta idea de veladas románticas.-Se giró sobre si mismo de nuevo, apoyando la espalda sobre la manta, quedándose totalmente estirado, recto y algo rígido. Evitando que viera su cara. Colocó las manos sobre su cuello a modo de almohada y esperó a ver como acababa la conversación.
-Es que no sabía que esto lo fuera.- Contestó Ella sin dejar de mirarle- ¿En que momento dejó de ser una noche como otra cualquiera?
-Supongo que en el momento en el que me enamoré de ti.
-¿Lo hiciste?- Su rostro pasó de una amplia sonrisa a la absoluta seriedad. Él se giró hacia Ella y la miró a los ojos.
-No lo sé, ¿lo he hecho?
Sonrieron a la vez.
-Eres bobo, ¿lo sabías?
-Algo había oído.
Volvieron a mirarse a los ojos, quedándose quietos, queriendo decir tantas cosas y sin poder decir ninguna. Ella se volvió de nuevo, colocándose exactamente igual que Él. Sin querer, pero a la vez aposta, colocó su mano sobre la suya. Él, sorprendido, pero saboreando cada instante de contacto con su piel fue incapaz de articular movimiento alguno aparte del de apretar con fuerza el puño que quedaba libre de la mano de Ella.
-No quiero que se acabe este verano.
Él la miró aun más sorprendido.
-Yo no quiero que se acabe esta noche.

No hay comentarios:

Publicar un comentario